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Leer: La voz de la selva viviente: entrevista con el líder de la resistencia indígena José Gualinga

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José Gualinga
José Gualinga con bastón ceremonial. Photo: Samai Gualinga

José Gualinga es un líder del Pueblo Originario de Sarayaku, un pueblo indígena Kichwa de 1400 habitantes situado en una parte remota de la Amazonía ecuatoriana. Conocidos por su defensa a favor de los derechos de la naturaleza y de los pueblos indígenas, los Sarayaku se llaman a sí mismos “el Pueblo del Medio Día”, refiriéndose a una antigua profecía de sus antepasados que afirma que serían un pilar de resistencia después de que otras comunidades hubieran sucumbido, un faro de luz tan fuerte como el sol al mediodía.

En el 2012, los Sarayaku consiguieron una histórica victoria en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que encontró que el Estado ecuatoriano había violado sus derechos al permitir que una compañía petrolera irrumpiera en su territorio sin consultarles.

Un momento crucial en el caso fue cuando el padre de José, Don Sabino Gualinga, líder espiritual de Sarayaku y su yachak (chamán) más eminente, entonces de 92 años, tomó el estrado. Se le preguntó sobre el impacto de los 1.433 kilogramos de explosivos que habían sido colocados por la empresa petrolera en territorio Sarayaku, acompañados de personal militar armado. Refiriéndose a los seres invisibles que habían sido perturbados por las explosiones, Don Sabino dijo que “la mitad de los amos de la selva ya no están”.

“Es una selva viviente. Ahí existen árboles y plantas medicinales y todo tipo de seres… Muchos se escondieron, otros murieron cuando se reventó. Ellos son los que sostienen la selva, el bosque … Todos los que quieren hacer daño, no saben lo que están haciendo. Nosotros sí sabemos, porque vemos eso.”

El mismo año, los Sarayaku crearon la Declaración Kawsak Sacha (Selva Viviente) afirmando que, como entidad viviente, su territorio está sujeto a derechos legales, y exige que se respeten estos derechos. La propuesta fue presentada en la conferencia mundial sobre el cambio climático, COP21, y al presidente de Francia, François Hollande, en el 2015. Los Sarayaku también han lanzado un equipo de fútbol profesional para difundir la información sobre la explotación petrolera en la Amazonía; navegaron en una canoa por el Sena; y crearon un documental, Los Hijos del Jaguar, que ganó el premio al mejor documental en el Festival de Cine National Geographic en el 2012.

Presentando la Declaracion Kawsak Sacha

En el 2020, los Sarayaku están nuevamente amenazados, con el plan del Gobierno ecuatoriano de subastar 3 millones de hectáreas de selva tropical, en gran parte virgen, a compañías petroleras, incluido casi todo el territorio Sarayaku. Para representar su resistencia pacífica al extractivismo y su compromiso por defender la Kawsak Sacha (Selva Viviente), los Sarayaku están plantando un perímetro de árboles florecientes alrededor de su territorio. Conocido como el Sisa Ñampi, la Frontera de la Vida o Camino Viviente de las Flores, actualmente se extiende por 100km y tardará décadas en completarse, eventualmente rodeando su territorio de 135.000 hectáreas, simbolizando la fragilidad de la vida y el efímero límite de la existencia entre la vida y la muerte.

WR: ¿Cómo ha afectado la pandemia al Pueblo Originario de Sarayaku y cómo se está usando la medicina ancestral para enfrentarla?

JG: Esta enfermedad es desconocida para la gente de Sarayaku, tal como lo fueron las enfermedades históricas introducidas por los primeros colonos caucheros. En esa época, cuenta la historia que mucha gente de Sarayaku murió por la viruela y el sarampión, había cadáveres y desolación en todo Sarayaku.  Mucha gente huyó selva adentro a lugares más remotos para evitar la muerte, otros nunca más volvieron.

En la pandemia actual, en los primeros momentos de la alerta sanitaria, muchas familias de Sarayaku que viven en las ciudades volvieron hacia sus tierras en la selva para evitar ser contagiadas. Esto hizo que la propagación del virus dentro de la comunidad fuera inevitable, a pesar de los controles y resoluciones que adoptaron. En esos momentos también sufrieron el desbordamiento del Río Bobonaza, que arrasó con viviendas y cultivos, fenómeno que causó un desastre y los puso en estado de vulnerabilidad.

La pandemia generó muchos impactos sociales, de movilidad, de economía y soberanía alimentaria, de salud, y de educación. Muchas familias adoptaron el aislamiento voluntario, migrando selva adentro a los lugares de las purinas o tambos (lugares remotos para descansar, cazar, pescar, preparar agricultura y estar en conexión con el mundo de la Selva Viviente). Esto fue una buena medida de prevención que aseguraba la seguridad alimentaria y la salud. Sin embargo, en estos lugares remotos se conserva la mayor reserva de fauna y flora. Estos recursos naturales empezaron a escasear por el largo periodo de permanencia de las familias dependiendo de la caza, pesca y recolección.

Al final de todo, Sarayaku luchó solo sin la atención de las autoridades. En esta situación de caos, los conocimientos ancestrales fueron nuestra punta de lanza y la fortaleza para vencer a este minúsculo pero mortal virus, permitiéndonos resistir, luchar y eliminar este cuerpo extraño. Así que con el uso de plantas medicinales raras poco conocidas logramos sobresalir poco a poco y convivir con este virus. La población sigue usando las plantas medicinales, cortezas, lianas, raíces, frutos, tubérculos para fortalecer las defensas y la inmunidad.

La pandemia nos dio oportunidades para que muchas familias que se olvidaron de estas prácticas vuelvan a recuperar esta sabiduría milenaria. Con nuestra experiencia histórica de lucha y resistencia, el pueblo de Sarayaku volvió a su legado del ayllú (familias ampliadas) y la minga (trabajo colectivo comunitario). Con la unidad y la solidaridad tanto de amigos, aliados nacionales e internacionales, la pandemia ha sido un aprendizaje y una experiencia que nos ha permitido repensar que al final somos un mundo frágil y vulnerable pero que entre todos si podemos lograr que la vida sea más justa y humana.

WR: ¿Cómo puede la filosofía del Tiam ayudar a combatir el cambio climático?

JG: El mundo del bosque y las culturas milenarias en el que aún coexistimos en comunión con la Selva Viviente, la selva de los seres, puede inspirar pensamientos complejos y filosóficos. Nos inspira a reflexionar sobre el cosmos; sobre formas de vida tradicionales basadas en la caza, la pesca y agricultura; sobre medicina, plantas sagradas, temas socio-culturales, historia y espiritualidad.

Living off the resources of the forest
Pesca en territorio Sarayaku. Foto: Selva Productions

En pleno siglo XXI vivir de los recursos naturales del bosque nos permite mantener la resistencia frente al agresivo mundo globalizado y de mercado donde la mayoría de los ciudadanos del planeta está inmersa. Este principio de vida nos ha permitido pensar que sí es posible coexistir respetando el equilibrio de la tierra y usando lo necesario para vivir.

La gente y líderes de Sarayaku no queremos quedarnos atrás de forma estática conformista solo esperando soluciones. Al contrario, hemos decidido ser parte de la solución global aportando con nuestra experiencia, pensamiento, saberes, filosofía de vida desde el vientre del bosque vivo. Las comunidades originarias del bosque amazónico son quienes están mayormente en contacto con la tierra y comunión con los seres de la Selva Viviente, y una de ellas es Sarayaku.

El cambio climático sólo se resolverá si buscamos activamente las soluciones. La ciudadanía global debe emprender un largo camino a la resistencia y lucha pacífica hacia otra mirada, lo que llamamos el Tiam. Por si sola este pensamiento filosófico sólo es un conocimiento, pero se puede hacer realidad si cada uno de nosotros participamos en la minga (trabajo colectivo comunitario).

Tiam es un contrapunto a la cosmovisión dominante, que ve la naturaleza como algo separado del hombre; como un objeto de explotación. Esto ha provocado un desequilibrio y cambios climáticos severos, como los que ha provocado la pandemia actual. En el corazón de nuestra filosofía existe el entendimiento de que vivimos como un embrión en el vientre de la Pachamama (Madre Tierra): sólo así se respetará la naturaleza, viviremos en armonía, usufructuando de los recursos que la Pachamama nos da. Creemos que, si el ser humano acepta esta forma de vida, el dolor de la herida planetaria se sentirá, sanará y la vida nacerá de nuevo.

Más que nunca creemos que la humanidad necesita volver a sentir la tierra; a reconocer y declarar que los mares, glaciares, volcanes están vivos; a sentir la convivencia dentro de nosotros, para darnos cuenta de que somos la naturaleza misma.

Tiam propone la creación de nuevos indicadores de riqueza y valores, que deben medir la riqueza de una tierra sana y fértil, la fauna abundante, los ríos libres de contaminación, la vida en solidaridad, el compartir, la unidad y la distribución equitativa de la riqueza. Propone también cambios radicales en el sistema educativo mundial para incorporar este pensamiento filosófico en cada etapa, desde la unidad familiar y los centros de educación inicial, hasta el más alto nivel superior.

Los Pueblos Originarios ya estamos aportando con soluciones globales al cambio climático al cuidar sus territorios, que son mega-diversidades de seres vivientes. Los Sarayaku concibieron el proyecto de vida Kawsak Sacha (Selva Viviente) como un poderoso núcleo y epicentro, para que a través de estos seres invisibles, que son conscientes y por lo tanto sujetos a derechos legales, podamos regular el equilibrio de la tierra y juntos podamos combatir el cambio climático.

El fenómeno del cambio climático y las inundaciones sufridas en el mes de marzo no nos sorprenden. Estas son las reacciones de una fuerza poderosa en respuesta a los efectos nocivos que enfrenta. Es la misma fuerza poderosa que los taytas o yachak (chamanes) invocan para sanar al enfermo y restablecer la vida. El agua es un ser viviente y su forma representa la salud y frescura. Su fuerza es tan poderosa que puede arrasar con todo o sanar y dejar limpio y fértil.

WR: ¿Cómo se ha pasado las historias ancestrales de los Sarayaku de generación en generación? ¿Hay alguna historia ancestral que sea la más icónica para los Sarayaku?

JG: La historia nos fue transmitida por nuestros padres, madres, ancianas y abuelos de manera oral. Cuando éramos niños nos contaban las historias en días lluviosos, en la huertas o chacras, antes de dormir, en la selva en casitas de caza, cuando les sacábamos las canas a los padres, otra forma de transmitirlas era durante los rituales de jayawaska (ayahuasca). Es así que fuimos aprendiendo de muchas vidas pasadas.

Lamentablemente estas tradiciones ya están perdiéndose por la sustitución del sistema escolarizado. De una manera u otra todas las historias son relevantes y fundamentales: historias de rivalidades, de las destrezas y capacidades del mejor personaje, de leyendas y de orígenes. Cada familia ampliada tiene su propia historia, no existe una sola historia para el conjunto del pueblo debido a los diversos grupos humanos que migraron a Sarayaku, como Naporunas, colonos, Urayrunas, descendientes Sapara, Achuar.

Lo más importante es que Sarayaku fue fundado por Ramón Gualinga, padre de Baltazar Gualinga. También llamado Pandu, Baltazar era una persona que se transformaba en jaguar y fue el rey de las guanganas (grupos numerosos de jabalíes).

Un grupo de Sarayaku con sombreros tradicionales. Foto: Selva Productions

Los mayores cuentan que “Sarayaku es el Pueblo del Medio Día” para referirse a su principio, dignidad y coraje. Somos el dutzi llakta (pueblo cuando el sol se pone en el centro en un solo punto). Según una antigua profecía, Sarayaku resistirá hasta el final, aunque otros pueblos hayan sucumbido.

Otra historia cuenta la derrota de los Shirapas, actualmente los Shuar, la guerra comandada por Santiago Gualinga quien creció junto a su madre raptada, luego de que su padre fuera asesinado.

Hay dos historias que son las más relevantes para mí personalmente. Una es la historia de mis padres y en especial de mi madre, que creció huérfana en medio de la selva, en una familia de yachak (sabios) muy poderosos, y al mismo tiempo refutados y perseguidos.

Otra historia en la cual he proyectado mi visión política de lucha habla sobre una persona que lucha contra una boa gigante para liberar a su pueblo. Esta boa en su expansión va devorando todo, y para lograr destruirla debe usar un cuchillo de bambú y no un cuchillo de hierro. Esta historia me conmovió mucho y en base a esta historia direccionamos la lucha y resistencia pacífica del pueblo de Sarayaku, simbolizado por la flor, el Camino de Flores. Al final de la historia, llegué a una conclusión del significado del cuchillo de bambú y uno de hierro. En la resistencia y lucha de Sarayaku y de los pueblos originarios el arma de bambú era fundamental por cuanto representa el poderoso conocimiento que nuestro mundo posee, la sabiduría, el arte, la cultura, historia, filosofía. El cuchillo de hierro, en cambio, representa una lucha violenta, la lucha armada el mismo que a muchos pueblos lo mantiene en serios problemas sociales y políticos. La historia transformadora del cuchillo de bambú ha inspirado nuestras visiones globales y acciones concretas. Nos da la fuerza para resistir pacíficamente, sin violencia.

WR: Según la cosmovisión de Sarayaku, la capacidad de comunicarse con la selva viviente se considera la forma más alta de conocimiento, solo alcanzada por los mejores yachak (chamanes) como su padre, Sabino Gualinga. ¿Cómo ve y se comunica su padre con los espíritus de la selva? ¿Hay algunos chamanes jóvenes con esta habilidad?

JG: Considero al pensamiento filosófico de la concepción de Kawsak Sacha (Selva Viviente) como la sabiduría más avanzada de la cultura en la tierra. La coexistencia con los seres no visibles como el Amazanga, Sacharuna, Nunguly, protectores de la fertilidad y la abundancia que equilibra la vida, es un sistema de educación cultural propia. El modo de vida basado en simbiosis con estos seres, es un principio fundamental y concreto.

Para nosotros las lagunas tienen vida, ahí están presentes los seres, los pantanales, los árboles son seres humanos, las cascadas sagradas, pampas y lomas hacen un sistema de vida milenaria cotidiano que mantiene hasta la actualidad el equilibrio ecológico de la Selva Viviente o la Pachamama.

Don Sabino Gualinga
Don Sabino Gualinga. Photo: Beth Pitts

Los yachak se entrelazan con estos seres a través de visiones y se comunican para acordar mantener la amistad y sostener el equilibrio de la abundancia y de la fertilidad. Los yachak nos comunican y nos transmiten las enseñanzas y son quienes nos exigen respeto y humildad frente a estos seres dueños y amos de la vida, de la riqueza biológica.

Pero lo más importante de este conocimiento es que toda la sociedad esté educada para comprenderlo como una forma de vida, para seguir coexistiendo en armonía con el Kawsak Sacha. Don Sabino Gualinga, como otros conocedores, es un sabio que siempre predicó y difundió esta concepción de que la selva es viviente con todos los seres, dueños y amos que siempre están cuidando y guardando la fuente de vida.

En Sarayaku existen varios jóvenes que han empezado el proceso de la iniciación para ser un sabio, para ser un conocedor de la sanación y lograr la comunión con estos seres a través de las visiones. Sin embargo, no serán tal como fueron nuestros padres o como Don Sabino ya que la diferencia es que ellos siguieron un largo proceso de abstinencia, una dieta alimentaria, un aprendizaje duro y sacrificado.

La juventud de hoy día tendrá este conocimiento y, aunque será renovado y moderno, tiene el mismo principio: que la sabiduría y el conocimiento se seguirán fortaleciendo a través de la Selva Viviente, incluidas las visiones que nos permitan entrar en comunión con estos seres protectores.

WR: ¿Cómo mantiene el Pueblo Sarayaku la unidad, cuando otros pueblos indígenas han sido divididos por las compañías petroleras?

JG: La unidad no se fundamenta simplemente a través de un cuerpo organizativo de un pueblo, sino al contrario a través de un principio histórico y cultural. La unidad de Sarayaku surge del legado de nuestros ancestros, de las grandes historias y profecías que nos han llevado a considerarnos como el Pueblo del Medio Día, descendientes del Jaguar, hijos de Amazanga Runa.

En otras nacionalidades, llamémosles comunidades o pueblos, su unidad se mantiene de forma superficial, sostenida en una organización. Si bien las autoridades competentes reconocen el estatuto de la organización, la gente carece del fondo de utilizar su historia y sabiduría como fortaleza. Cuando la unidad de una sociedad, o una civilización cultural de la selva amazónica se fundamenta en principios históricos y culturales, las petroleras no pueden romperla.

Los Sarayaku actúan también bajo el principio de símbolos y la transmisión de formas de vida de distintas especies existentes, así podemos citar la fortaleza de las hormigas, los mandos de las aves, de animales, etc. También de la espiritualidad y uso de la ayahuasca como la planta sagrada que nos permite orientarnos y direccionar el mundo.

WR: ¿Cómo un movimiento activista occidental como Rebelión Extinción podría aprender de la cosmovisión indígena y fundarse en el principio de la interconectividad en lugar de la individualidad?

JG: No es necesario adoptar completamente la forma de pensar de los pueblos originarios. Sin embargo, hay mucho conocimiento en nuestra cosmovisión que podría aportar a la sociedad y concientizar a otras culturas del mundo. Si los pueblos originarios, que también son humanos depredadores y consumistas, hemos logrado que los bosques se conserven hoy en el siglo 21, significa que es posible encontrar una solución a las crisis climática, social y económica que enfrenta la humanidad.

Jose Luis Gualinga llevando yuca en una mochila tradicional de hojas. Foto: Beth Pitts

Lo que los capitalistas llamarían como los sistemas económicos de “subsistencia” de los pueblos originarios puede considerarse insignificante dentro de un sistema macroeconómico, pero nuestras economías se basan en una estructura que es esencial para conducir una vida individual y colectiva. Nuestros sistemas de la agricultura rotativa o circular, la caza y pesca, recolección, de hecho son economías de consumo pero su principio sostenible es lo que nos interesa.

Entonces la práctica tradicional de la caza y la pesca no simplemente es el arte de matar un animal. Al contrario, va más allá de un consumo alimentario simplista, sino más bien se relaciona con el principio de la Selva Viviente. De ella viene la abundancia, el mercado, la salud, la conexión con los otros seres reguladores de la fertilidad de la tierra. Entonces, se trata de la forma y conducta del individuo colectivo que asume en sí mismo la sabiduría de utilizar este recurso que nos alimenta cada día, de forma equilibrada y racional.

La filosofía del Tiam manifiesta que el modelo económico debería ser propuesto desde esta lógica. Es decir, no es que el ser humano sea el factor prioritario o esencial en la sociedad, sino al contrario, la tierra, la selva, los ríos, todo lo que hace la vida misma es lo fundamental para los que dependemos de ella. Con este cambio desde otra mirada, una visión distinta, la sociedad en general ya no trataría a los recursos del bosque viviente de la tierra o Pachamama como un simple objeto de mercado y de explotación. La capacidad humana sería la más avanzada en la tierra y su comportamiento se basaría en el respeto profundo para aprovechar los recursos de manera armoniosa, y sólo lo necesario.

Como vemos, el aporte de estos conocimientos es fundamental pero complejo de compartir en una sociedad acostumbrada al consumismo, competencia, individualismo y egoísmo.

La interconectividad se traduce en crear la capacidad de comprender y conectarse mediante redes invisibles con sistemas de vida cósmicos semejantes a nosotros pero que no son visibles. Estos son los seres protectores, creadores de la fertilidad, aquellos que nos dan la riqueza de la felicidad emocional e inspiración espiritual, aquellos que orquestan el Sumak Kawsay (Vida en Armonía).

WR: ¿Cómo toma el pueblo de Sarayaku decisiones democráticas?

JG: Aunque en la práctica las decisiones pueden manifestarse en una expresión democrática esta palabra es desconocida para el mundo amazónico.

Ancestralmente, las decisiones democráticas se tomaban en familias luego en familias ampliadas para al final llegar a una conclusión mayoritariamente decisiva. La organización social estaba dirigida por Kurakas, guerreros que fueron personas con gran talento y sabiduría.

Desde ese tiempo los misioneros introdujeron el bastón de mando como sustituto de la lanza, creando el sistema de los Barayok (El del Bastón) con distintos niveles jerárquicos como Capitán, Alguacil, Fiscal.

Desde 1979 se llevó a cabo una nueva forma de organización social más institucional pero ajena a la propia forma de organización social, cultural. En esa época se crea la asamblea del pueblo. Actualmente las decisiones más importantes se toman en una asamblea o congreso del pueblo. Tenemos un Concejo de Gobierno y dentro de este concejo hay representantes de mujeres, jóvenes y sabios.

Mujer Sarayaku con pintura facial tradicional. Foto: Selva Productions

Sarayaku se compone de siete comunidades con sus respectivas autoridades, los Kuraka, que son nominados cada año para servir al Pueblo, que es lo contrario a servirse del pueblo. Un Kuraka debe compartir para trabajos comunitarios toda su economía agrícola como la yuca generalmente.

En la toma de decisiones, la voz y decisión de las mujeres es muy importante, como la de los hombres, así también la de los sabios y jóvenes. Las elecciones generalmente son en consenso, en casos necesarios por voto secreto. Los Kuraka duran un año, y el Tayak Apu (Presidente) y los dirigentes tres años.

WR: El Pueblo de Sarayaku es maestro en el uso selectivo de la tecnología moderna (mapeo digital de recursos, presencia en redes sociales, etc) sin perder nunca su identidad cultural. Si imaginas una visión utópica del futuro, ¿qué aspectos de la sabiduría indígena incluye y qué aspectos del conocimiento occidental?

JG: El impacto de cualquier tecnología depende del comportamiento humano. Si se usa bien, puede servir para fortalecer procesos nuevos de adaptación colectiva y organizada. Desde esta lógica y análisis el Pueblo de Sarayaku ha adoptado ciertas herramientas, como el sistema de internet, con el propósito de difundir los procesos de lucha y resistencia en defensa de su vida; más que nada para dar a conocer las propuestas que salen desde el seno del territorio y desde la selva profunda. La sociedad de la selva siempre ha sido en un estado de interacción, buscando activamente soluciones para amenazas como el cambio climático.

Históricamente, fue imposible visibilizar las propuestas de Sarayaku. En un mundo dominante y complejo, lleno de guerras y conflictos económicos devastadores, éramos invisibles. Ahora, con estas nuevas tecnologías, podemos difundir con éxito comunicaciones sobre historia, cultura, propuestas, proyectos visionarios para conservar y proteger el equilibrio de la tierra y asegurar la continuidad de la Selva Viviente.

También a través de estos medios hemos guardado las memorias de arte, cultura, historias para que las generaciones que vienen puedan seguir aprendiendo. Al origen las tecnologías de piedra fueron inventos que sirvieron para avanzar de muchas formas en esta sociedad. En la actualidad, el machete sirve para preparar la tierra, una escopeta para cazar, el internet para comunicarnos y generar redes sociales. Estas mismas herramientas mal usadas se vuelven peligrosas y violentas, como el mismo dólar, pero en buen uso son herramientas que apoyan para exigir derechos. Creemos que es necesario enfrentar al mundo globalizado sin generar un muro cerrado porque tarde o temprano ese muro sería el fin de nuestra historia. Para nosotros la estrategia es adaptar estas herramientas para fortalecer la organización.

El Pueblo de Sarayaku actualmente se encuentra enfrentando un doble desastre. Justo después de que la pandemia llegara en marzo, una terrible inundación azotó al pueblo. Cuéntenos sobre el impacto de la inundación.

Personalmente, tuve suerte de escapar de la inundación. Justo el día 17 de marzo de ese año cuando se dictó las medidas de Emergencia Sanitaria, una lluvia torrencial había caído en las cabeceras del Bobonaza. Ese día, debía viajar a Sarayaku en canoa con un grupo de 11 personas, incluidos niños, ancianos y mi hija, Samai. En el puerto de Challawayaku donde se embarca en la canoa, el Río Bobonaza no había crecido mucho, estaba navegable. Por lo que tomé la iniciativa de zarpar hacia Sarayaku a las 4:30 p.m., calculaba que podía arribar en Sarayaku después del anochecer. Pero el motor no se prendió y tuvimos que dormir a la intemperie en el puerto. Resultó ser un giro afortunado de los acontecimientos porque, si hubiéramos logrado partir ese día, seguramente habríamos perecido. Más tarde descubrimos que el Río Bobonaza había crecido más río abajo y un puente se había derrumbado, formando una barrera en forma de represa. En la oscuridad, sin poder distinguir el peligro, la canoa hubiera chocado fuertemente contra el puente y se hubiera hundido, dejando muerte y tristeza. El hecho de que el motor no prendió nos salvó la vida.

Varias comunidades de la cuenca del Bobonaza nos enfrentamos a una doble afectación, tanto por la emergencia sanitaria como por la inundación, entre ellas Sarayaku. Las mayores afectaciones sufridas fueron la seguridad alimentaria por la destrucción masiva de las chacras, platanales, gallineros, peceras, maizales.

Una chacra destruida por la inundación

En Sarayaku, a primera vista se observaba un panorama horrible, realmente un bombardeo calamitoso. Casi el 90% de la población sufrió la afectación material y psicológica. Más de treinta casas fueron afectadas o destruidas. El río también arrasó varios puentes, incluyendo el principal que cruza el Río Bobonaza, y varios centros educativos, incluido el Tayak Wasi (la Escuela de la Selva Viviente) y el Sasi Wasi (el Centro para Fortalecimiento y Prácticas de la Medicina Ancestral).

La Escuela de la Selva Viviente Tayak Wasi (también llamada de la Resistencia Pacífica) fue fundada en 1994 para fortalecer y enseñar los conocimientos ancestrales y la educación intercultural bilingüe (Kichwa y Español). Una nueva generación de líderes y lideresas se formó en la escuela, donde aprendieron sobre el arte, la historia, los conocimientos del bosque, la filosofía, la cosmovisión Kichwa y el pensamiento filosófico de la Selva Viviente.

Lamentablemente, la escuela Tayak Wasi fue arrasada por el río el 17 de marzo en una inundación jamás vivida en los últimos 150 años. Ahora queda una memoria, un símbolo de la lucha pacífica, de la formación del pensamiento y la comunión con la Selva Viviente. El Sasi Wasi, donde realizábamos rituales espirituales y estudiábamos el uso de las plantas sagradas y medicinales y la salud preventiva, también ha quedado en escombros.

El panorama es desolador y triste. La restauración de estos lugares representa un problema complejo. Hemos decidido reubicarlos fuera de la zona de riesgo a áreas más seguras.  Esto le dará al Estado una razón menos para negarse a reconocer administrativamente la escuela, que ya ha intentado cerrar por no cumplir con el modelo de enseñanza oficial y occidental.

Tayak Wasi y Sasi Wasi, dos proyectos visionarios para la protección de la cultura, la biodiversidad y la vida, hacen parte de un plan importante de la Asociación ATAYAK, Asociación Para el Fortalecimiento de los Conocimientos, y Saberes Ancestrales de Sarayaku. Dentro de este plan están también dos otros ejes importantes: el Sacharuya (el Centro Botánico para el Rescate de la Biodiversidad y Fortalecimiento de la Soberanía Económica y Alimentaria) y el Sisa Ñampi (Camino Viviente de las Flores).

WR: ¿Cómo puede la gente urbana en otros países apoyar la lucha de Sarayaku?

JG: La población urbana puede apoyar la lucha de Sarayaku mediante la difusión y la creación de redes de comunicación. Pueden llevar nuestro mensaje a las conferencias mundiales. También es importante denunciar el capital de las empresas extractivas.

La gente puede apoyar con recursos económicos nuestros proyectos de vida, como el Camino Viviente de las Flores y la reconstrucción de Tayak Wasi y Sasi Wasi, que han nacido de la propia visión de Sarayaku. Es importante identificar los proyectos de vida de los pueblos indígenas y apoyar sus propias soluciones en las que ellos son el actor principal de su propio remedio. Este apoyo debe ofrecerse sin imposición, ejerciendo el verdadero modelo de democracia, reconociendo la autonomía y autodeterminación de estos pueblos y sus poderes exclusivos. Los fondos globales deben dirigirse a los proyectos de vida de los pueblos indígenas, que son ignorados por el Estado y organizaciones aliadas, a pesar de que Ecuador está constitucionalmente decretado como un “Estado plurinacional”. Nuestra visión es establecer un gobierno territorial indígena que rompa el esquema colonial, restituya derechos y destierre la discriminación y marginación institucional que existe hoy.

Para hacer una donación económica y apoyar los proyectos de vida de los Sarayaku, click aquí.

Para obtener más información, consulte el sitio web de Sarayaku, su página de Facebook y el sitio web de la Declaración de Kawsak Sacha (Selva Viviente). El documental de Sarayaku, Hijos del Jaguar, sobre su batalla legal en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se puede ver aquí. Para contactar a José Gualinga a través correo electrónico, escribir a angungualinga@hotmail.com

Beth presentando su libro a José

José Gualinga fue entrevistado por Beth Pitts, quien ha estado trabajando con comunidades indígenas en Ecuador desde 2013, especialmente aquellos que defienden sus territorios del extractivismo. De estos defensores, Beth aprendió que el ecoturismo comunitario les permite proteger sus ecosistemas amenazados y culturas ancestrales. Esto la inspiró a escribir la Moon Guide to Ecuador & The Galapagos Islands (2019), la primera guía internacional sobre Ecuador con un enfoque en viajes éticos.

Beth es parte del equipo de Writers Rebel y está entusiasmada con las posibilidades alquímicas de unir las dos fuerzas que le dan más esperanza para el futuro: los defensores de la naturaleza indígena y Extinction Rebellion.